Conducir implica una serie de responsabilidades y habilidades que pueden verse afectadas con el paso del tiempo, especialmente en las personas mayores. En respuesta a esta realidad, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha implementado nuevas normativas que afectan directamente a los conductores mayores de 65 años. Estas medidas buscan mejorar la seguridad vial y proteger tanto a los conductores sénior como a los demás usuarios de las carreteras.
A pesar de que no existe una edad máxima establecida para dejar de conducir, la DGT ha endurecido los requisitos para la renovación del carnet de conducir a mayores de 65 años, introduciendo pruebas más exhaustivas y la posibilidad de imponer restricciones para aquellos que no cumplan con las condiciones psicofísicas necesarias.
¿Qué deben hacer los mayores de 65 años para mantener su carnet?
Para renovar el carnet de conducir, los mayores de 65 años deben acudir a un centro de reconocimiento médico autorizado, como Crevasa, donde se les realizarán pruebas psicofísicas. Estas pruebas son más rigurosas a partir de esa edad y evalúan aspectos clave como la visión, la audición, los reflejos y la movilidad. La renovación, que antes era cada 10 años, ahora es cada 5 años y puede ser incluso más frecuente si se detectan limitaciones físicas o cognitivas. En casos severos, el permiso puede no renovarse o renovarse con restricciones.
Las limitaciones más comunes incluyen la reducción en la velocidad máxima permitida, restricciones en el radio de conducción y limitaciones en los horarios, como evitar conducir de noche. Estas medidas tienen el objetivo de garantizar que las personas mayores sigan conduciendo de manera segura, adaptando sus capacidades a las exigencias del tráfico.
¿Por qué es importante reforzar la seguridad para conductores mayores?
Aunque las estadísticas muestran que los conductores mayores tienden a tener menos accidentes con lesionados, su vulnerabilidad aumenta considerablemente en caso de sufrir un siniestro. Según datos de la Fundación Mapfre, los conductores mayores de 74 años tienen la tasa de mortalidad más alta en accidentes de tráfico, con 5,3 fallecidos por cada 100.000 conductores registrados. Esta cifra contrasta con la de conductores entre 30 y 74 años, cuya tasa de mortalidad es considerablemente más baja, situándose por debajo del 1,9 por cada 100.000.
Los datos revelan que, a pesar de la experiencia y menor kilometraje que suelen realizar los conductores sénior, su riesgo de fallecer en accidentes es mucho mayor, lo que refuerza la importancia de realizar evaluaciones más estrictas.
Problemas médicos que pueden conllevar restricciones en el carnet
Las limitaciones que la DGT puede imponer tras la evaluación médica están relacionadas con diferentes problemas de salud que afectan a la capacidad de conducir de manera segura. Entre los problemas más comunes se encuentran:
- Problemas de visión: La reducción de la capacidad visual es frecuente en personas mayores y puede dificultar la detección de señales de tráfico y obstáculos en la carretera.
- Problemas auditivos: Dificultades para oír señales acústicas o ruidos de otros vehículos, lo que representa un riesgo considerable.
- Problemas cognitivos: El deterioro de la memoria o la atención puede afectar la capacidad de reacción y la comprensión de situaciones en el tráfico.
- Problemas de movilidad: La dificultad para moverse o manejar los controles del vehículo puede limitar la seguridad al volante.
- Enfermedades crónicas: Condiciones como la diabetes o enfermedades cardiovasculares afectan directamente la capacidad de conducir.
En casos donde se detecten estas patologías, se pueden imponer restricciones para asegurar una conducción segura y, en los casos más graves, denegar la renovación del carnet.
El papel de los familiares en la seguridad vial de los mayores
Un aspecto importante en el proceso de renovación del carnet es la valoración psicológica y la aceptación de las restricciones por parte del conductor. En muchos casos, son los propios familiares quienes solicitan que no se renueve el permiso de conducción de sus padres o abuelos debido a su deterioro físico o cognitivo. Según un estudio de la Fundación Mapfre, el 45% de los conductores a los que no se les renueva el carnet reconocen que dejaron de conducir por decisión propia, pero cuando se consulta a los familiares, el porcentaje sube al 74%.
Los centros de reconocimiento médico, como Crevasa en Valencia, tienen un protocolo de actuación para estos casos, asegurando que el conductor entienda las razones detrás de las restricciones de manera empática y clara. Esto ayuda a que la decisión sea mejor aceptada.
¿Cómo afectan las nuevas medidas de la DGT a los mayores de 65 años?
En 2023, la DGT impuso restricciones a unos 70.000 conductores, en su mayoría mayores de 65 años, que renovaron su carnet con limitaciones al no cumplir con las condiciones necesarias. Estas limitaciones no se basan en la edad, sino en la evaluación individual de la capacidad psicofísica de cada conductor.
El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha aclarado que no se trata de prohibir conducir por razones de edad, sino de establecer limitaciones que permitan mantener la autonomía de los conductores mayores sin comprometer la seguridad. En zonas rurales, donde el transporte público es escaso, estas limitaciones se manejan con especial sensibilidad, permitiendo que los mayores puedan conducir para realizar actividades esenciales dentro de un radio limitado de kilómetros.
En definitiva, las nuevas normativas de la DGT buscan proteger a los conductores mayores y garantizar que aquellos que sigan al volante lo hagan en condiciones seguras para ellos y para los demás usuarios de las carreteras.